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Circular Expo Valença 2019 - Castellano
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5ª Exposición de Fila Brasileiro del CAFIB en Valença
El CAFIB – Clube de Aprimoramento do Fila Brasileiro – celebró el pasado sábado 14 de septiembre una etapa más de su Campeonato Mundial 2019, en el marco de la antigua Fazenda Sao José das Palmeiras, de Marilia Barroso Pentagna, en la histórica ciudad de Valença, en el Vale do Paraíba Sul Fluminense.
El origen de ese municipio se remonta a 1803, cuando en la principal aldea de indios Coroados fue construida una modesta capilla dedicada a Nossa Senhora da Gloria. Pocos años después, por Carta Regia, la aldea indígena fue elevada a parroquia de Nossa Senhora da Gloria de Valença, en homenaje al Vice-Rey de Brasil, Fernando José de Portugal y Castro (1752 – 1817), descendiente de nobles de la ciudad española de Valencia, y perteneciente a la “Casa de Valença”, en Portugal. En 1823 la parroquia fue elevada a villa que, a su vez – en virtud del gran crecimiento económico como consecuencia de la explotación de cafetales - , subió nuevamente de categoría, en 1857, convirtiéndose en ciudad. Valença, en el fin de la época imperial, llegó a ser responsable de más del 80% de todo el café producido en Brasil y, debido a la gran necesidad de mano de obra esclava para trabajar en los cafetales, pasó a abrigar una de las mayores poblaciones de personas de color de la entonces provincia de Río de Janeiro, e incluso de todo el territorio nacional. Se calcula que allí, en 1888, sus fazendas todavía contabilizaban cerca de 25.000 esclavos.
Resulta interesante registrar algunas curiosidades y excentricidades de aquellos fazendeiros, en aquella época aurea llamados “Barones del Café” de la Baixada Fluminense. Ellos, construían verdaderos palacios entre la selva, extremadamente suntuosos y rodeados de caprichosos jardines, casi siempre planeados y ejecutados por paisajistas venidos de Francia a propósito, como el de la Fazenda do Secretario, perteneciente al Barón de Campo Belo, que viajeros franceses acostumbraban a comparar con el jardín de las Tullerias, de París. Muchas de esas propiedades, que llegaron a hospedar al emperador, impresionaban por el refinado mobiliario de jacarandá, la pureza de los cristales importados, los preciosos espejos de Venecia, los intrincados arabescos de finas tapicerías orientales y cortinas de damasco, los sofisticados papeles pintados importados de Europa que revestían las paredes, las suntuosas platerías labradas, los bellísimos mármoles de Carrara y las extensas galerías con valiosos cuadros al óleo. Algunas fazendas llegaban a mantener conjuntos de coro y banda de música, con decenas de jóvenes y bellas esclavas rigurosamente uniformadas, para dar brillo a las fiestas que se celebraban frecuentemente, mientras que otras participaban en un teatro para diversión de los huéspedes. Bernardo Clemente Pinho Sobrino, Conde de Nova Friburgo, además de coleccionar instrumentos musicales, también acostumbraba a traer de Francia centenas de refinados abanicos y máscaras para regalar a las nobles invitadas a sus bailes de disfraces. El Comendador Breves, cuando iba a Río de Janeiro con su familia, se hacía acompañar por esclavas blancas, algunas incluso rubias – resultado de la “depuración racial” llevada a cabo en la Restinga de Marambaia -, todas vestidas lujosamente para ir a la ópera. Francisco José Teixeira Leite, Barón de Vassouras, en aquella época que no contaban con la tecnología de hoy, mandaba imprimir (evidentemente en francés e ilustrado con grabados clásicos) el menú de las cenas que ofrecía, en el que los nombres de los platos, escritos en letras góticas, homenajeaban a los invitados ilustres o de la nobleza. El Vizconde de Barra Mansa, que siempre usaba ropa blanca y boina de seda, rechazaba apretar la mano de cualquier persona por el pavor a ser contaminado por microbios. Henrique Carneiro Leao, el excéntrico Barón de Paraná, se dedicaba en su fazenda a la crianza de cebras traídas de Africa, para cruzarlas con caballos y obtener lo que él llamaba “cebroide”.
Lógicamente ese escenario de fantasía, en aquella región que pasó a conocerse como Valle del Café, no podría durar mucho. El suelo se fue erosionando y empobreciendo como consecuencia de la devastación de las selvas de la sobreexplotación agravada por el creciente surgimiento de nuevas plagas y por el uso de técnicas agrícolas erróneas, como la práctica de quemas frecuentes y el plantío de ce cafetales en líneas verticales, desde la base a la cima de las colinas, provocando una gran pérdida de suelo fértil, arrastrado por las escorrentías; o sea, un conjunto de factores – entre los que el golpe de gracia fue la abolición de la esclavitud, seguida de la proclamación de la República - , que sólo podía llevar a todo el Vale do Paraíba do Sul a una acentuada decadencia económica. Restó apenas el pintoresco registro de aquella época de fausto y extravagancias.
Recordamos, como curiosidad histórica, que Valença – durante el esplendor de la época del café, conocida como la “Ciudad de los Marqueses” -, en 1943, su topónimo se alteró por Marqués de Valença, pero, en 1959, volvió nuevamente a llamarse simplemente Valença.
Uno de los distritos más interesantes de Valença es “Conservatoria”, así llamado porque era la “reserva” de los indios Araris, un territorio de clima muy saludable y protegido por montañas, donde ellos de refugiaban para recuperarse de enfermedades. Conservatoria es considerada la capital brasileña de la serenata y, también, Capital da Seresta. Conviene observar que la serenata es la canción cantada al sereno, por tanto al aire libre y por la noche, mientras que la “seresta” es la representación de canciones sentimentales en lugar cerrado. Y, durante los festivos y fines de semana, además de serestas y serenatas, Conservatorias también promueve las llamadas “solaratas”, que son las interpretaciones de números musicales al sol de la mañana. Entre sus innumerables atracciones turísticas – como las casas adosadas y los caserones antiguos, diversos museos ligados a la música y muchas pequeñas tiendas de artesanía y productos típicos (cachaças, licores y rapaduras), merece ser destacada la histórica Fazenda Santa Clara, que ya fue usada como escenario para varias miniseries y telenovelas. Considerada la mayor propiedad rural de América Latina en la época, también impresionaba por su inmensa población de 2800 negros cautivos. Resulta que muchos afirman – aunque sus actuales propietarios lo nieguen – que su principal actividad era la reproducción de esclavos para su venta en concurridas subastas. Esas tierras fueron cedidas por la Corona Portuguesa a la familia Bustamante Fortes y la impresionante casa principal, con sus tres pisos – y que ya fue conocida como Mansión dos Fortes -, se extiende por 6.000 metros cuadrados de área construida, con 12 salones (uno para cada mes del año), 52 habitaciones (una para cada semana del año) y 365 ventanas (una para cada día del año). Como curiosidad, de esas 365 ventanas, más de 20 son falsas, o sea, fueron pintadas en la pared de la fachada del recinto de los esclavos – que era un aposento herméticamente cerrado para evitar las fugas -, pero que, vistas de lejos, parecían verdaderas. Esa estratagema también fue adoptada en otras fazendas porque la Corona Inglesa – gran compradora de café brasileño y que ya había abolido la esclavitud – no negociaba con países esclavistas y, en la primera mitad del siglo XIX, pasó a fiscalizar las fazendas paulistas, mineiras y fluminenses para comprobar si, efectivamente, no quedaban más negros cautivos trabajando e los cafetales. Y dicen que esas ventanas falsas fueron las que dieron origen a la expresión “es sólo para que el inglés lo vea”. La Fazenda Santa Clara – cuidada por el Instituto Estadual do Patrimônio Histórico e Artístico de Minas Gerais (IEPHA) y por el Instituto do Patrimônio Histórico e Artístico Nacional (IPHAN) – también conserva, además del recinto de los esclavos (senzala), una mazmorra con los instrumentos usados para castigar y torturar a los negros. En esa, que tal vez sea la última prisión de esclavos auténtica todavía existente, destaca la gruesa puerta de madera maciza, original de la época, con su curiosa cerradura triple, constituida por pestillos superpuestos, numerosas llaves y cerraduras reforzadas, formando un bien elaborado sistema a prueba de fugas.
Valença mantiene, con orgullo, un agrupamiento centenario, hoy oficialmente denominado Associação Comunidade Negra Remanescente do Quilombo da Fazenda São José da Serra, donde, en una extensión de casi 500 hectareas, viven algunas centenas de descendientes de esclavos africanos venidos de Angola y que trajeron a Brasil la danza llamada jongo, reconocida por el Gobierno Federal como Partrimonio Histórico Nacional y considerada uno de los orígenes de la samba. Fue en esa comunidad donde, en 1901, nació la legendaria bailarina de jongo y samba Clementina de Jesús (hija de una comadrona y de un bailarín de capoeira y nieta de esclavos), que trabajó durante décadas como empleada doméstica y solo inició su corta y notable carrera artística a los 63 años. Además de las tradiciones musicales, ese quilombo continúa manteniendo otras ricas reminiscencias ancestrales, como la umbanda (religión fundada en Brasil a principios del siglo XX), el Terço de Sao Gonçalo y las prácticas de medicina natural, oraciones y bendiciones. Allí, donde hasta hace pocos años todavía no había energía eléctrica, siguen preservadas, en medio de la selva, las casas de madera, cubiertas de paja e iluminadas por candelas, en las que, hasta hoy, se cocina en el horno de leña y se plancha la ropa con la arcaica plancha de carbón.
Volviendo a la decadencia económica de la región, Valença no fue tan afectada por la crisis porque el tren que pasaba por la ciudad favoreció la instalación de industrias, principalmente textiles, en el inicio del siglo XX, como la fundada en 1909 por Vito Pentagna y otros empresarios locales. Además, dicho emprendedor, en los últimos años del siglo XIX, ya había importado de Francia e Inglaterra los más sofisticados alambiques, acompañados de molinos y ruedas de agua y, a partir de los años 1870, pasó a producir la cachaça Santa Rosa, cuya fabricación, hasta hoy, continúa siendo perfeccionada por sus descendientes. Es importante destacar que la cachaça, aunque a veces todavía está asociada al rústico canalón irregular, viene siendo producida de forma cada vez más refinada, y gradualmente se está convirtiendo en una bebida destinada a los paladares más nobles de los refinados “Cachaciers”, que se pueden dar el lujo de escoger entre la bebida envejecida en barriles de bálsamo, o umburana, o roble, maderas que suavizan y perfeccionan sus características sensoriales. Además, al principio de este mes de septiembre, la ciudad de Vitoria, capital del estado, fue sede del I Congreso Brasileño de la Cachaça, en el que 25 ponentes, a lo largo de dos días, abordaron diversos aspectos del sector, destacando las raíces históricas del prejuicio contra esa bebida. Y allí fue lanzada la “Carta de Vitoria”, cuyo objetivo es, precisamente, superar ese y otros obstáculos y, así, alcanzar mayor presencia en el mercado de los destilados.
En la región central de Valença muchas construcciones antiguas todavía guardan y cuentan historias, como el Museo Casa Léa Pentagna, tradicional escenario de veladas donde se reunían intelectuales y barones del café. Ese caseríon de piedra, que conserva el mobiliario y las obras de arte de su ilustre habitante, Léa Josephina Pentagna (1909 – 1983), hoy recibe visitas guiadas y ha sido transformado en Fundación Cultural y Filantrópica, donde acostumbran a celebrarse cursos, ponencias, exposiciones y representaciones de música erudita y popular. En el rico jardín de 20.000 metros cuadrados que rodea la casa, atravesado por varios senderos entre las innumerables especies nativas y exóticas, frutícolas y ornamentales, Léa Pentagna descansa en paz, verdaderamente incorporada a sus macizos de flores, donde fue sepultada conforme a su expreso deseo recogido en testamento.
Perteneciente a esa tradicional estirpe, Marilia Barroso Pentagna y su marido Vito, en 1973, adquirieron una pareja de cachorros de una raza que él veía mucho durante sus cacerías por el sur de Minias Gerais, Llamada Cao de Fila o Fila Brasileiro, para regalárselos a unos amigos que habían comprado una casa de campo en Teresópolis (RJ). Durante los días en los que los Pentagna, temporalmente, hospedaron a los cachorros, éstos se apegaron a ellos de tal forma que cuando llegó el momento de entregarlos a sus nuevos dueños, se transformó en un episodio dramático. Así las cosas, a principios de 1974, compraron otras dos cachorras de Fila y, posteriormente, un macho, que permanecieron en la Fazenda Sao José das Palmeiras – tradicional propiedad dedicada a la producción comercial de flores, principalmente anturios – y constituyeron el inicio del Canil Boa Sorte.
Llegados a este punto, me permito abrir un paréntesis y comentar que ese nombre Sao José das Palmeiras se justifica por el visitante al llegar por primera vez. La alameda que conduce a la sede de la fazenda, como era costumbre en la época, está flanqueada por antiguas y altísimas palmeras imperiales. Como curiosidad, todos los ejemplares de esa especie (Roystonae oleracea) existentes en Brasil descienden de una única muda, llamada “Palma Mater”, plantada en 1809, en el Jardín Botánico de Río de Janeiro, por el entonces príncipe regente Don Joao VI y que, por eso, fue denominada “Palmera Imperial”. Sus semientes pasaron a ser distribuidas entre los súbditos ilustres del Segundo Imperio, como señal de lealtad al poder monárquico y para su fortalecimiento emblemático. En 1972, con casi 40 metros de altura, la Palma Mater fue destruida por un rayo y, en el mismo lugar, se plantó una de sus descendientes, simbólicamente llamada “Palma Filia”. Las palmeras están entre las plantas más antiguas del planeta y son representadas por cerca de 3500 especies, principalmente en regiones tropicales.
Cerrando el paréntesis y volviendo al Canil Boa Sorte, con el nacimiento de las primeras camadas y el inicio de las participaciones en las exposiciones del antiguo BKC, Marial comenzó a notar la sorprendente heterogeneidad de los ejemplares que veía en las pistas. Entusiasmada por la cinofilia, y estudiosa del asunto, entre finales de los 70 y principios de los 80, oyó hablar de un nuevo club, especializado en el Fila Brasileiro, considerado como disidente, porque combatía el descarado mestizaje y la consecuente falsificación de pedigrís, realizados sin pudor ante el BKC, que hacía la vista gorda. El BKC, llamado entidad mater de la cinofilia Brasileira, ya se sentía avergonzado ante el asombro manifestado por jueces extranjeros invitados para actuar en las grandes exposiciones, principalmente en Sao Paulo y Río de Janeiro y que, en el ring de los “filas”, se asustaban ante un escandaloso conjunto de perros de diferentes tamaños, conformaciones, pelajes, y temperamentos. Con el objetivo de revertir ese caos, el BKC formó una junta técnica llamada CAFIB – Comisión de Aprimoramento del Fila Brasileiro, que, por haber sido constituida por verdaderos amantes de la raza y, justamente por no haberse desviado del propósito inicial, acabó provocando crecientes fricciones y situaciones embarazosas a los “cartolas” de la denominada cinofilia “oficial”. Así, se tornó inevitable la decisión de la comisión de desvincularse y transformarse en una asociación absolutamente independiente y pasó a ser el CAFIB – Club de Aprimoramento do Fila Brasileiro, siempre empeñado en preservar y mejorar la raza, combatiendo el mestizaje y evaluando técnicamente los ejemplares. Desde su inicio, y durante muchos años, ese grupo fue capitaneado por el abogado Paulo Santos Cruz, fundador del Santos Kennel Club, prestigioso juez “all rounder”, profesor de cursos para jueces cinófilos, uno de los autores del primer estándar oficial de la raza Fila Brasileiro e, incluso, uno de los responsables de su reconocimiento oficial por parte de la FCI - Fédération Cynologique Internationale.
En aquel inicio de los años 1980, Marilia Barroso Pentagna – ya acompañada por su joven sobrino, Joaquim Liberato Barroso, conocido como “Quinzinho”, al que le gustaban los perros y pasaba sus vacaciones en la fazenda – comenzó a participar en los Análisis de Fenotipo y Temperamento, seguidos de Exposiciones para los ejemplares aprobados, promovidas por CAFIB Río, en Río de Janeiro, sobre la dirección de Francisco Peltier de Queiroz y Carlos Feijó de Carvalho. Es preciso destacar el coraje de Marilia, que participó en todos los eventos realizados por CAFIB Río, enfrentándose a fortísimas presiones e incluso amenazas de suspensión de su criadero, perpetradas por los entonces dirigentes del BKC. Llegados a los años 1990, auxiliada por Jonas Tadeu Iacovantuono y Sebastião Pereira Monteiro, que la asesoraron en la elección y adquisición de nuevos ejemplares, su crianza pasó a destacar en las pistas, con la presentación de perros como Pilar, Piná, Oleiro, Feiticeira y Trevo da Boa Sorte, entre otros. Quinzinho, al recordar la historia del criadero – fundado por Marilia y cuya dirección posteriormente asumió -, destaca la gradual mejora del plantel a medida que se iban estrechando sus vínculos con el CAFIB. Dice que los primeros contactos fueron motivados principalmente por curiosidad, ante la extraña situación por la que pasaba la crianza del Fila en la cinofilia nacional; seguidamente, pasaron a la constatación, al ver que la propuesta del nuevo club era real y sus acciones efectivas; y, finalmente llegaron a la convicción, al convencerse de lo que era mejor para la raza y para los criadores empeñados en perfeccionarla.
Ese evento del CAFIB, de septiembre de 2019, en Valença, organizado por Quinzinho y Half Fonseca Marassi (Canil Alto Quiatis, de Quatis), se realizó en la Fazenda Sao José das Palmeiras, sede de su criadero de Filas, como homenaje al 90 aniversario de Marilia Pentagna, ccumplido en mayo, y al 45 aniversario del Canil Boa Sorte. Además, los tradicionales criadores Quinzinho y Half, ambos del Vale do Paraíba Sul Fluminense, en lugar de promover cada uno de ellos una exposición del CAFIB por año, resovieron establecer esa sociedad en la que ambos pasarán a organizar exposiciones alternas, un año en Valença, y otro en Quiatis. En esta ocasión, en la fazenda de Marilia – por ser una propiedad particular, sin la estructura y las comodidades de un recinto oficial de exposiciones -, los criadores y propietarios se vieron forzados a llevar menos perros que de costumbre, por no tener lugar para alojarlos. Así, la muestra presentó menos participantes. Aun así, la 5ª Exposición de Fila Brasileiro del CAFIB en Valença (RJ) – juzgada por Américo Cardoso dos Santos Jr. (Can il Araguaya), que juzgó los machos, y Giovani Éder de Carvalho (Canil Itapuã), encargado de las hembras – fue un éxito, con 36 ejemplares de calidad en la pista. Antes, diez perros fueron sometidos al Análisis de Fenotipo y Temperamento, de los cuales uno fue reprobado por presentar reacción descalificante en la prueba de ataque.
Resaltamos el capricho y buen gusto en la confección de los bellísimos trofeos, entregados a los clasificados, en forma de placas de metal en cajas forradas de terciopelo.
Los resultados principales fueron:
MEJOR MACHO: Lyoto Fila Roots, de Alessandro Castro Bueno (Aparecida de Goiânia, GO)
MEJOR HEMBRA: Gana Recanto do Livramento, de Leonardo Monteiro (Cordisburgo, MG)
MEJOR CABEZA: Major V Guardiães do Caracu, de Marcus Flávio Vilasboas Moreira y José Wilson Vilela (Nova Serrana, MG)
MEJOR TEMPERAMENTO: Noite Vale do Rio Doce, de Durval José de Miranda Silva Filho (Manhumirim, MG)
El CAFIB se siente honrado con el comportamiento de criadores, expositores y aficionados a la raza venidos de 20 ciudades en cinco estados brasileiros: Goiás (Aparecida de Goiânia y Goiânia), Minas Gerais (Aiuruoca, Belo Horizonte, Campo Belo, Cordisburgo, Itanhandu, Manhumirim, Nova Serrana, São Tomé das Letras y Três Corações), Rio de Janeiro (Nova Iguaçu, Quatis, Rio de Janeiro y Valença), Rondônia (Colorado do Oeste), São Paulo (Aparecida, Guaratinguetá, São Paulo y Vargem Grande Paulista).
Se contó con la presencia de diversos jueces del CAFIB, actuando en los Análisis y, también, como auxiliares de pista y en los juicios: Américo Cardoso dos Santos Jr. (Vargem Grande Paulista, SP), Fabiano Gonçalves Nunes (Guaratinguetá, SP), Giovani Éder de Carvalho (Aparecida, SP), Jonas Tadeu Iacovantuono (Guaratinguetá, SP), Marcus Flávio Vilasboas Moreira (Belo Horizonte, MG) y Mariana Campbell (São Paulo, SP), que fue, además, la veterinaria responsable. Registramos y agradecemos la ayuda en los trabajos de la secretaría, por parte de Cleide Cocito Cardoso dos Santos (Vargem Grande Paulista, SP) y Rosely Campbell (São Paulo, SP), y en la pista, desempeñada por Joaquim Liberato Barroso y Cíntia Junqueira de Barros (Itanhandu, MG), que también se encargó de las fotografías y de los vídeos; y la importante actuación, como figurantes en las pruebas de temperamento, de Fabiano Nunes y Wolney Almeida Santos. El CAFIB se siente honrado por la comparecencia de los representantes del Ayuntamiento de Valença que colaboraron, de forma decisiva, para la realización del evento: o sr. Rômulo Milagres, Concejal de Deportes, y el sr. Sílvio Graça, Presidente de la Câmara Municipal, que recibió el diploma en nombre de su hermano, el Alcalde Fernando Graça. Es curioso que, de alguna forma, ambos también estuviesen envueltos y colaborasen en la última Exposición del CAFIB en Valença, realizada hace mas de dos décadas, así como en todas las anteriores. En aquel nuestro evento de 1998, el padre del Vereador Sílvio era el Alcalde de la ciudad, mientras que Rômulo era el Concejal de Deportes.
Y, encabezando la lista de personalidades en la 5ª Exposición de Fila Brasileiro del CAFIB en Valença, destacamos la presencia de la anfitriona, Marilia Barroso Pentagna, cuya intensa energía se revela en su fuerte apretón de manos. Ella acompañó de cerca los juicios, siempre elegante y portando su bastón de castaño dorado, no con la fragilidad de quien busca un apoyo para no caer, sino con la altivez de quien empuña un cetro para comandar.
La relación completa de los perros premiados y clasificados en las diversas clases, así como sus fotografías, se podrán acceder a través de los sites www.cafibbrasil.com y www.cafib.org.br
La próxima etapa del Campeonato Mundial CAFIB 2019 es la 16ª Exposición de Fila Brasileiro del CAFIB en España, marcada para el 23 de noviembre, en Alicante, que será juzgada por Jaime Pérez Marhuenda.